GAMMAGRAFÍA NUCLEAR

Imágenes de alta sensibilidad para la detección precoz de enfermedades

La gammagrafía nuclear está disponible en nuestros tres hospitales: Lexington, Saratoga y Wellington.

La gammagrafía nuclear, también conocida como gammagrafía ósea, nos proporciona una herramienta de cribado para localizar zonas de mayor actividad metabólica en tejidos blandos o huesos que pueden indicar la existencia de una lesión. Este estudio nos permite obtener imágenes de todo el caballo en casos de cojera sutil o bajo rendimiento en los que es difícil identificar una fuente exacta de dolor. Se inyecta al caballo un radioisótopo que se absorbe en mayores cantidades en las regiones del cuerpo que experimentan recambio óseo. El trazador más utilizado en la gammagrafía equina es el tecnecio-99 marcado con fósforo, que se localiza en el hueso. Utilizando una gammacámara especial, pueden identificarse las zonas de mayor captación y proseguirse con otras técnicas de diagnóstico.

La gammagrafía es especialmente útil para obtener imágenes de zonas difíciles de evaluar con otras modalidades de diagnóstico por imagen, como la espalda y las extremidades superiores. El proceso completo sólo dura unas horas y el marcador radiactivo se desintegra en un 97% en 30 horas, por lo que los caballos pueden marcharse un día después de finalizar el examen.

La gammagrafía puede detectar zonas problemáticas que pueden no ser evidentes en las radiografías (por ejemplo, fracturas por estrés, lesiones de ligamentos). También puede ayudar en el diagnóstico de caballos con múltiples puntos de dolor. La gammagrafía no sustituye a otras herramientas de diagnóstico, como las radiografías o los ultrasonidos, pero puede proporcionar información adicional valiosa, ya que examina la actividad metabólica en lugar de la anatomía.

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